Título: I'll be there. Siempre contigo.Autora: Holly Goldberg Sloan.
Saga/Trilogía: Único.
SINOPSIS:
A emily no le gusta cantar. Desafina.
Y además, con tanta gente mirándola...
¿Porqué se habrá empeñado su padre en que haga algo así?
Y luego está ese chico,
sentado al final de la fila.
Tan guapo. Tan distinto. Oculta algo.
Y la mira, todo el tiempo. Sólo a ella.
Y ella se ha puesto a cantar. Sólo para él.
Y ella se ha puesto a cantar. Sólo para él.
OPINIÓN:
La verdad es que me gustó mucho este libro.
Me lo compré ayer cuando fui a la feria del libro con mi mamá, y desde que empecé a leerlo a las siete de la tarde, no me despegué de él hasta las cuatro de la mañana.
Al principio como que me estaba comenzando a aburrir la narración, el libro se me hacía muy lento y tenía casi nada de diálogos.
Pero terminé enganchándome igual y al cabo de un rato lo único que quería era saber más sobre la historia de los hermanos Sam y Riddle.
Clarence Border cayó preso por primera vez en Alaska cuando tenía sólo 22 años.
Luego de 36 meses, fue puesto en libertad y se mudó a Montana —donde conoció a Shelly— tras seis semanas de estar juntos, la dejó embarazada y nació Sam, Sam border.
Cuando Sam tenía casi cuatro años y medio, nació Riddle.
Podrán imaginarse que Clarence es un criminal sin remedio. A pesar de haber estado retenido por Shelly el tiempo suficiente como para que pudiera haber cambiado, un día, mientras Shelly trabajaba, Clarence tomó a sus dos hijos —Riddle con sólo dos años y un montón de problemas respiratorios— y se los llevó a otro estado.
Han estado viviendo así por años.
Luego de un tiempo de estar en alguna ciudad, y cuando Clarence robaba lo suficiente, se marchaban.
Ya ni se preocupaba por sus hijos que, ahora, la mayoría del tiempo buscaban comida de la basura y trabajaban separando cosas en un basural.
Nunca, desde que se marcharon, han puesto un pie en una escuela.
Sam llegó hasta segundo de primaria y recordaba haber sido el más listo de su clase.
Riddle casi ni habla y pasa todo el día dibujando complejos mecanismos en las hojas de una guía telefónica.
Emily viene de una familia acomodada.
Su padre, Tim Bell, imparte clases de música en una universidad y su madre, Debbie Bell es enfermera.
Tiene también un hermano menor, Jared.
Y un perro.
Su padre insiste en que Emily debería cantar en el coro de la iglesia.
La verdad es que como que la obliga un poco, aunque cante horrible. Al parecer tiene la esperanza de que alguien en su familia tenga dotes musicales.
Y es aquí cuando Emily y Sam se encuentran por primera vez.
Sam, se levanta temprano todos los domingos y asiste a diferentes iglesias en la ciudad sólo para escuchar la música.
Emily, nerviosa porque sabe que canta mal, y se siente fuera de lugar entremedio de tanta gente. Lo divisa al fondo de la sala y no despega su vista de él. Y el tampoco de ella.
Entonces comienza a cantar.
Me pareció una historia muy bonita.
Más que centrarse en el romance entre Emily y Sam, la historia nos muestra más la vida de Sam y Riddle.
De como su padre los aisló tanto del mundo que no entienden la mayoría de los términos que utilizan las personas cuando les hablan.
Podemos ver también como la gente juzga sólo cuando tienen una primera impresión.
Como ocurrió con los padres de Emily cuando conocieron a Sam, que en ese momento se veía reacio a compartir detalles sobre su vida.
Sólo hablaba de Riddle, como si su padre no existiera.
También está Bobby —la verdad es que con el nombre ya me suena a un idiota total— que está enganchado con Emily hasta el punto de ser completamente obsesivo.
Hace lo posible para alejarla de Sam y de verdad que cada vez que Emily narraba y lo veía como un amigo me daban ganas de tirarme los pelos.
Y luego estaba tan desesperada en los últimos capitulos.
Tenía tantas ganas de tirar el libro por la ventana y golpear a todo el mundo.
PUNTUACIÓN:
Pero terminé enganchándome igual y al cabo de un rato lo único que quería era saber más sobre la historia de los hermanos Sam y Riddle.
Clarence Border cayó preso por primera vez en Alaska cuando tenía sólo 22 años.
Luego de 36 meses, fue puesto en libertad y se mudó a Montana —donde conoció a Shelly— tras seis semanas de estar juntos, la dejó embarazada y nació Sam, Sam border.
Cuando Sam tenía casi cuatro años y medio, nació Riddle.
Podrán imaginarse que Clarence es un criminal sin remedio. A pesar de haber estado retenido por Shelly el tiempo suficiente como para que pudiera haber cambiado, un día, mientras Shelly trabajaba, Clarence tomó a sus dos hijos —Riddle con sólo dos años y un montón de problemas respiratorios— y se los llevó a otro estado.
Han estado viviendo así por años.
Luego de un tiempo de estar en alguna ciudad, y cuando Clarence robaba lo suficiente, se marchaban.
Ya ni se preocupaba por sus hijos que, ahora, la mayoría del tiempo buscaban comida de la basura y trabajaban separando cosas en un basural.
Nunca, desde que se marcharon, han puesto un pie en una escuela.
Sam llegó hasta segundo de primaria y recordaba haber sido el más listo de su clase.
Riddle casi ni habla y pasa todo el día dibujando complejos mecanismos en las hojas de una guía telefónica.
Emily viene de una familia acomodada.
Su padre, Tim Bell, imparte clases de música en una universidad y su madre, Debbie Bell es enfermera.
Tiene también un hermano menor, Jared.
Y un perro.
Su padre insiste en que Emily debería cantar en el coro de la iglesia.
La verdad es que como que la obliga un poco, aunque cante horrible. Al parecer tiene la esperanza de que alguien en su familia tenga dotes musicales.
Y es aquí cuando Emily y Sam se encuentran por primera vez.
Sam, se levanta temprano todos los domingos y asiste a diferentes iglesias en la ciudad sólo para escuchar la música.
Emily, nerviosa porque sabe que canta mal, y se siente fuera de lugar entremedio de tanta gente. Lo divisa al fondo de la sala y no despega su vista de él. Y el tampoco de ella.
Entonces comienza a cantar.
Más que centrarse en el romance entre Emily y Sam, la historia nos muestra más la vida de Sam y Riddle.
De como su padre los aisló tanto del mundo que no entienden la mayoría de los términos que utilizan las personas cuando les hablan.
Podemos ver también como la gente juzga sólo cuando tienen una primera impresión.
Como ocurrió con los padres de Emily cuando conocieron a Sam, que en ese momento se veía reacio a compartir detalles sobre su vida.
Sólo hablaba de Riddle, como si su padre no existiera.
También está Bobby —la verdad es que con el nombre ya me suena a un idiota total— que está enganchado con Emily hasta el punto de ser completamente obsesivo.
Hace lo posible para alejarla de Sam y de verdad que cada vez que Emily narraba y lo veía como un amigo me daban ganas de tirarme los pelos.
Y luego estaba tan desesperada en los últimos capitulos.
Tenía tantas ganas de tirar el libro por la ventana y golpear a todo el mundo.
También me gustó mucho eso de que al final Holly cuenta que ocurrió con todos los personajes que aparecen a lo largo del libro.
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| un altar para Holly porfavor |
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