Hace un par de horas fui con mi mamá a la FILSA, en estación Mapocho.
La verdad es que me molestó esto de tener que pagar entrada, creo que si quieren fomentar la lectura, deberían haber dado pase gratis.
De todas formas, el enojo se me quitó cuando logré entrar.
Les juro que me sentía como en el paraíso.
Todas las librerías que se distribuyen por santiago tenían un stand. También algunas editoriales y tiendas de cómics.
Aparte de foros de debate y todas esas cosas.
Habían un montón de actividades también.
Un concurso literario para niños, el sorteo de un carro de supermercado lleno de libros.
Fue completamente hermoso encontrarse a tantas personas de todas las edades emocionadas por encontrar algún libro.
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